Último partido antes de las vacaciones de navidad con sabor agridulce.
Sinceramente creo que aunque el otro equipo tenía buenos jugadores y hacían buenas jugadas, si hubiéramos jugado con más intensidad y más fe, habríamos disfrutado más. No sé vosotros, pero mi sensación desde fuera cuando nos metieron el primer gol fue un poco triste. Os vi echar la cara hacia abajo, desmotivados, sin ganas,… Y yo tampoco reaccioné bien porque no sabía qué deciros ni cómo animaros.
Tenemos toda la segunda vuelta por delante y la fase de la copa para seguir jugando partidos. Si nuestro principal objetivo antes de cada partido es “hoy tenemos que ganar sí o sí”, “hoy no tenemos que perder”, etc, creo que no vamos a disfrutar nada. No podemos pretender tener como primer objetivo ganar el partido cuando la diferencia táctica y física es aún considerable. Creo que sería más acertado ponernos objetivos más concretos y reales, como por ejemplo: “en los primeros 5 minutos tenemos que conseguir tener la portería a 0” o “Tenemos que evitar perder un balón desde la línea de fuera de juego hasta nuestra portería” o “tenemos que tirar a portería por lo menos 3 veces en cada parte”. Puede que de esta forma consigamos cumplir el objetivo y hará que estemos más contentos y seguros. Y sobre todo, que nos hará mejorar.
También os digo que es totalmente normal y entendible cómo os sentís. A cualquier jugador no le gusta perder, y jugar partidos sabiendo que las probabilidades de ganar son pocas, es muy frustrante. Y veros así me duele un poco la verdad. Pero si nos ponemos objetivos más alcanzables y concretos, lo vamos a sacar adelante. Estoy seguro de que recuperaremos la ilusión y las ganas por jugar los sábados.
La semana que viene vamos a pasarlo muy bien y a disfrutar de cada partido en el entrenamiento. Y a ver si podemos culminarlo tomando algo el miércoles para reírnos mucho y echar un buen rato.
¡Mucho ánimo a todos!
¡SOIS LOS MEJORES!